viernes, 28 de julio de 2017

Los libros polifónicos

Escrito por:
Lic. Santiago Caballero

Las pasadas semanas,  la Biblioteca y Archivo Central del Congreso Nacional (BACCN) fue el escenario de las “Vacaciones Inolvidables”. Se trata de un plan en el que día a día se presentaron y vivieron distintas expresiones de las artes, del folklore, de las tradiciones, de los juegos, de las tecnologías,  lo decimos en un intento de sintetizar lo desgranado en las dos semanas. El  público infantil y juvenil no se amilanó a pesar de los días más fríos del año y participó, con gran entusiasmo, de las distintas propuestas.







Pero, me preguntarás, ¿qué tiene que ver todo eso con los libros? O, ¿Pero, qué tiene que ver todas esas actividades con la Biblioteca? A nuestro juego nos llamaste. Ante todo, queremos romper con las viejas y estereotipadas imágenes y sentires sobre las bibliotecas.


Así son algunas: lugar de gente rara, escuchaste decir ¿“las ratas de biblioteca”? Es un salón o un edificio donde sólo reina el silencio, la quietud para que algunos privilegiados, estudiantes o estudiosos, se quemen las pestañas tras los viejos volúmenes, tras los papiros centenarios.

Antes que nada te diré que todo eso tiene su lado positivo. Es importante que existan las bibliotecas con espacios amplios, saludables, limpios, acogedores, aptos para la lectura, la investigación. Y, con un ambiente donde reine el silencio, la paz, motivadores del recogimiento, de la concentración. Todo esto lo propiciamos antes, ahora y siempre.
Pero, al mismo tiempo, pretendemos más. Los libros no son solo una invitación  al individuo, a la persona, separada de su entorno, de su realidad familiar y social. Por eso, en las vacaciones de invierno optamos por los niños y los jóvenes.






En medio del paréntesis de sus tareas escolares, les ofrecimos las muy variadas alternativas de los libros que van mucho más allá de la sola lectura; en ellos, se manifiestan las distintas formas de las expresiones corporales, de la danza, del dibujo, de la pintura, de la música, de las narraciones orales, de  los juegos, de  la vestimenta, de la comida, incluso. Todo eso y más están en los libros. Pero toman vida, presencia, movimiento, según la propuesta que busca la participación de todos los convocados.








Fueron jornadas inolvidables. A repetir. Nos movilizaron a todos. Los serios y sesudos compañeros y compañeras, desde los más jóvenes a los menos jóvenes, mudaron muebles, prepararon y cocinaron los mbejús, el cocido y el infaltable pororó para las sesiones de cine.
Nada de frío, campeó el calor por la renovación, el nuevo aprendizaje, la nueva biblioteca. ¡Enhorabuena!




viernes, 14 de julio de 2017

Las vacaciones de los libros

Escrito por: 
Lic. Santiago Caballero

No. No me refiero al descanso de los libros a la espera de los lectores. Tampoco al largo ocio de los mismos en las bibliotecas, públicas o privadas, en algún estante de los hogares. No,  no me voy a unir al largo y manido plageo de “aquí luego nadie lee”, “no leemos ni un libro por año…”. Nada de eso. Quiero contarte que a partir de los libros se inventó en la Biblioteca y Archivo Central del Congreso (BACCN) el programa “Vacaciones inolvidables”, este año con el subtítulo “Fiestas y autores latinoamericanos”. 








El plan cuenta con la colaboración de la Secretaría Nacional de Cultura y el Instituto Superior de Bellas Artes. Y, por supuesto, con el entusiasmo de todos los funcionarios de la Biblioteca.


En los días de las vacaciones de invierno, las semanas del 10 al 21 de julio, las salas, los corredores, las galerías se llenaron de voces de los niños, de los adolescentes, de los jóvenes. Fueron convocados para contar y representar cuentos, para dibujarlos, para debatir sobre películas, para escuchar música, para danzar….O sea, diferentes propuestas creativas encaminadas para motivar a la participación, al buen gusto, al conocimiento. Para crear un buen ambiente, todos los funcionarios, se pusieron a colaborar a lo que dé lugar, desde los recibimientos hasta los preparativos para el cocido, el mbejú, el pororó, infaltable en las proyecciones de cine.











Así comprobarás, y lo comprobaremos todos, que si bien nuestros plageos sobre la falta de lectura son fundamentados, es muy poco lo que hacemos para superar esta deficiencia nacional. Todavía se considera a las bibliotecas, aún las universitarias, como depósitos, poco menos que impenetrables, cotos sagrados, donde solo unos privilegiados o lúcidos acceden con cierta frecuencia. Aquí, en la BACC, se esparcen semillas diferentes.









De los libros surgen y surgirán las vacaciones inolvidables. No sólo con los libros, los lectores, los aficionados a los libros, no pueden concebir unas vacaciones sin uno o más libros. Por eso, aquí se ha inventado las vacaciones de los libros; esto es,  los libros no sólo son buenos compañeros en los tiempos de ocio sino también de los libros surgen infinidad de formas, maneras, modos de entretenerse, de pasar bien, de aprender creativa y saludablemente.











Ah! Tampoco habrá exámenes ni parciales ni finales. Por los rostros de los niños, de los adolescentes, de los jóvenes, comprobaremos su satisfacción. Notaremos que aquí se van erradicando las barreras que impiden la lectura, el goce de recorrer las páginas de los saberes, de las imaginaciones, de las creaciones. Es un comienzo. Pero, sin duda, se proyectará desde la bahía de Asunción.