martes, 5 de enero de 2016

Don Fulgencio R. Moreno



Moreno nació a dos escasos años de terminada la inmensa tragedia colectiva de 1864-70, perteneció a una generación crecida entre las ruinas. Descendiente lejano por la línea paterna de Daniel O´ Leary, General Irlandés que fue edecán de Bolívar y por la línea materna descendía de Fulgencio Yegros, quien fue uno de los principales autores de nuestra independencia y Presidente de  la Junta Superior Gubernativa de 1811-1813.
Pero; como bien señala Natalicio González: “ni en lo físico ni en lo espiritual nada delata en Moreno la ascendencia exótica, y puede decirse en su elogio que pocas individualidades nacidas en tierra guaraní condensan en su persona tantos rasgos típicos de esos que dan carácter al hombre paraguayo. Poseyó en alto grado el genio alegre de la raza, su sentido del equilibrio y de la mesura, su don irónico y festivo, al igual que esa inteligencia penetrante estimulada por la viva percepción de lo real”.
Reconocido profesionalmente como brillante economista, también historiador y como diplomático. En el año 1897 fue electo Diputado Nacional por el Partido Colorado y en 1901 es designado Ministro de Hacienda. Posteriormente en el año 1903 es elegido Senador de la Nación.
En su obra  Estudio sobre la Independencia del Paraguay, Natalicio González ha dicho con razón que es un libro de historia y de sociología a la vez. Allí Moreno “estudia los orígenes de la nación paraguaya, sigue paso a paso los factores que concurrieron a formarla y pinta con rasgos evocadores  el drama de un pueblo acosado por fuerzas hostiles, forjado en el dolor, que salva su individualidad contra todos los riesgos hasta erigirse en entidad independiente. Nada escapa al análisis del historiador, ni los factores geográficos  o  raciales, ni el influjo del idioma guaraní en la elaboración del alma colectiva; y sin incurrir en los extremos de la escuela materialista, no se puede negar la preponderancia de las fuerzas morales y espirituales en el proceso de la historia, ya que determina el papel de los intereses económicos en la orientación de los sucesos humanos”.
Fulgencio R. Moreno unió al rigor científico del historiador honesto la belleza estilística del escritor galano. A lo largo de su labor intelectual asoma la emoción colectiva de su pueblo y su obra es un fragmento vivo del espíritu nacional.
Una vez  estallada la Guerra del Chaco, la tierra de los quebrachos, cactus y aromitas se llenó de tanques, lanzallamas y metrallas. Moreno fallecía en su ciudad natal el 17 de octubre de 1933, en vísperas de la decisiva victoria de Campo Vía, que consolidó para siempre la posesión del Chaco, a la que él tanto contribuyera con su patriotismo y su talento.


H. Sanchez Quell,  El Tiempo Que Se Fue; Ed. Comuneros,  Asunción- 1976.


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