viernes, 4 de mayo de 2018

Discurso del Presidente del Congreso, Senador Fernando Lugo en la apertura de la Semana del libro


Señoras, Señores

Me es grato como Presidente del Congreso de la Nación, ofrecer las palabras de apertura de la semana del libro y de los derechos de autor. Igualmente me es agradable venir a este recinto en las recordaciones del Día del libro y la Propiedad intelectual. Así es, vengo a corroborar con mi presencia una hermosa realidad: un espacio nuevo, moderno, acogedor, de gran utilidad para los legisladores y por extensión al servicio del pueblo como parte de la misión del Congreso de la Nación.

Las instituciones organizadoras de esta semana, la Biblioteca y Archivo Central del Congreso, y la Dirección Nacional  de Propiedad Intelectual, son muestras muy  claras de los logros legislativos en un área imprescindible para el desarrollo nacional. Ambas se insertan en el quehacer cultural, en temáticas muy específicas de enorme importancia: la valoración de la cultura escrita;  y la custodia a los intelectuales, a los cultores de las letras y las artes.
Nuestra Biblioteca nace de la ley 3436 del año 2008, y se vuelve una hermosa realidad al inaugurarse este edificio en el año 2016.

El depósito legal se establece en nuestro país, a partir de la promulgación de la ley N° 94, “Que protege las creaciones científicas, literarias y artísticas, y se crea el registro público de derechos internacionales”, promulgado en el año 1.951, y la Dirección Nacional de la Propiedad Intelectual se crea por medio de la ley 4.798/2012.
Así como dicen los sabios, un pueblo sin memoria histórica es un pueblo cuyo destino está en la duda, en la incertidumbre, en las turbulencias coyunturales de las ambiciones desmedidas de grupos o individuos en el poder. En la misma línea, podemos afirmar, que un pueblo que no valora la lectura y las creaciones artísticas será un pueblo sin identidad definida, sin los ensambles sociales gozosos de la alegría de crear y apreciar lo bello.

Ambas leyes e instituciones, cuyas metas tienen como podemos apreciar, un hermoso camino andado. Sin embargo, los quehaceres son desafiantes. La propiedad intelectual debe ser reglamentada de forma continua y en sus múltiples facetas.
Los creadores compatriotas, asimismo, precisan de incentivos permanentes y de garantías legales que velen por su estatus profesional; que les garantice una vida digna, segura y motivadora para la inspiración. Para que la sociedad aprecie y valore su tarea, para que ellos puedan crear libre y permanentemente, el Congreso de la Nación debe convertirse en su garante, en su apoyo con leyes de permanente actualidad.

La Biblioteca, nuestra Biblioteca, se encuentra ante el gran desafío no solo de mantener lo alcanzado hasta aquí, sino de enriquecer día a día el acervo tanto de los libros como de los archivos. Asimismo, de adecuar la riqueza de la cultura escrita a las nuevas modalidades de la tecnología de la información y de la comunicación.

Y estamos seguros que nadie aquí mira atrás, sino hacia el futuro promisorio. Un futuro donde se conjuguen todos los esfuerzos para el mejor servicio a los legisladores, a sus asesores, a los funcionarios y a toda la sociedad.

Agradezco los esfuerzos de los organizadores de esta semana; a ellos y a todos los presentes, el mejor de los éxitos.

Muchas Gracias.

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