miércoles, 12 de febrero de 2020

Leer…Leer…Esa es la cuestión



Ya sé, no soy nada original. Mi título está inspirado en la primera frase del drama “Hamlet, Príncipe de Dinamarca” de William Shakespeare (1564-1616). “Ser o no ser, esa es la cuestión”, inicia el soliloquio del atormentado Príncipe y resume el gran desafío de la vida: asumirla con sus luces y sus sombras para buscar la felicidad, la realización. Lo asocié para hablarte de un libro lleno de sugerencias, de aportes de valiosas experiencias, de utopías siempre necesarias para crecer en la sociedad. Se trata de “VOLVER A LEER” de Mempo Giardinelli y cuyo subtítulo es: “Propuestas para ser una nación de lectores”.

Hoy no voy a hablar ni del autor ni del libro mencionado. Sí voy a transcribir algunos párrafos porque las considero fundamentales para los que seguimos con la hermosa utopía de fomentar la lectura. Al comentar el lema de su campaña – “Leer abre los ojos” – dice Giardinelli:
“A lo largo de dos décadas el lema devino convicción pero sobre todo tarea, misión, compromiso y militancia porque propone, lisa y llanamente, mirar el mundo desde ojos que leen y equiparando al libro con el corazón. Que es como entiendo al mediador de lectura, y en particular al bibliotecario: una ventana idónea, generosa y afectiva para abrirse el mundo.


Leer para que se abra la mente, para ensanchar los ya infinitos límites del cerebro, para saber más y saber mejor. Y más humildemente, para ser mejores personas. Porque es en la lectura donde está la docencia profunda de la vida. Es mentira esa tontería de la supuesta “universidad de la calle”, vulgarización inútil si las hay.

Sólo la lectura, la imaginación, el estudio, el esfuerzo, la tenacidad investigativa, el desafío constante del conocimiento nos abre los ojos para pensar mejor y entonces, peculiares y sinceros, abandonar las oscuridades de la ignorancia. Que son oscuridades tenebrosas, malignas, nocivas para la convivencia y cuyos nombres propios hoy son racismo, discriminación, autoritarismo, violencia, resentimiento.

En este sentido, el trabajo del bibliotecario es en sí una quijotada. Y no sólo por lo utópico que hay en el trabajo, sino por lo concreto: son los bibliotecarios quienes “tienen” los libros y los clasifican técnicamente, los cuidan y los facilitan para que los lea el pueblo. Son los hidalgos conscientes del saber que atesoran esos libros. Y al ser, de tal modo, intermediarios en la ignorancia del pueblo y del saber que provee la lectura, devienen figuras claves para la sociedad”.

Y finaliza el capítulo con esta frase: “Porque en el pan de la lectura está la mejor posibilidad de acabar con la ignorancia”.
Va la promesa de ofrecerte más de Mempo Giardinelli. Te adelanto que nació y vive en Resistencia, Chaco Argentino. Y que escribió una novela paraguaya: “La revolución en bicicleta”.