Escrito por Santiago Caballero
Por fin una campaña destinada a prevenir los embarazos en
niñas y adolescentes. Fue creada, diseñada y está en ejecución por el Ministerio
de la Niñez y la Adolescencia con el apoyo de UNFPA, Fondo de Población de las
Naciones Unidas. El imperativo del plan se visualiza en las alarmantes cifras
de los embarazos de niñas y adolescentes que en lo que va del año ubican al
Paraguay en el primer lugar de los casos en la región. Así es, de enero a julio
del 2020 se dieron 282 nacimientos en niñas de 10 a 14 años. Y, 7.593 nacimientos
en niñas de 15 a 19 años.
Al calificar esos alarmantes y dolorosos casos, la Ministra de la Niñez y la Adolescencia, Teresa Martínez, fue categórica: “Una niña embarazada es una niña abusada”. No existe ninguna posibilidad de atenuantes de ninguna clase. Por la sencilla razón de que las niñas o las adolescentes de tales edades no se encuentran en condición de elecciones voluntarias para las relaciones sexuales. Al contrario se unifican los casos en las violaciones ocasionadas por un varón mayor o con fuerzas superiores a la víctima. Pero, incluso, hay un dato que los vuelven aún más dramáticos: se constata que el 80 % de los casos se da en el entorno familiar. O sea, los varones son el padre, el padrastro, el hermano mayor, el abuelo, el tío, vecinos o personas “de confianza” de la familia.
Ante todo esto, la Ministra Teresa Martínez, expresó: “Es imperioso que la educación sexual sea integral, integre la malla curricular de educación, es un derecho que niños, niñas y adolescentes tienen; tienen que tener información veraz, confiable y científica sobre de qué pasa con su cuerpo cuando van creciendo. Qué pueden hacer y qué no, hasta dónde llega un adulto sobre su cuerpo”.
“Ñañangarekó” es el guaraní de “cuidarnos”. La primera persona en plural nos quiere significar que no es una opción posible de todos sino un compromiso ya asumido, ya querido, ya consensuado. Esto es, lanza la pelota a nuestros hogares, a nuestras escuelas y a nuestros colegios. Y, no es una “pelota tatá” la que podamos eludir o lanzarla tan pronto llegue a nuestras manos. No. Es el llamado a la responsabilidad de todos de crear un ambiente de diálogo, de respeto para que la información fluya oportuna, tranquila y clara; son temas que nosotros mismos los hemos complicado al punto de volverlos tabúes o sea temas de los que no se debe hablar o dejarlos siempre para que otros los resuelvan o para otras ocasiones. Eso sí, necesitamos de la capacitación porque no se trata solo de lanzar contenidos, definiciones. Estos son importantes pero más importante aún es el aprendizaje del respeto, de la dignidad, del propio cuerpo y del de los otros.
Que el próximo festejo del Día del Niño nos motive a
adentrarnos a estos temas. Porque todos nos comprometemos a protegernos, ñañangarekó.
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