Señoras,
Señores
Sean todos
bienvenidos. Nos sentimos muy honrados con su presencia que engalana este acto
de apertura de la semana del día del libro y la propiedad intelectual. Estas
recordaciones han unido solidaria y fraternalmente a la Biblioteca y Archivo
Central del Congreso de la Nación y a la Dirección Nacional de Propiedad
Intelectual. Esta mancomunión nos llena de alegría y de esperanzas, pues
constituye una muestra para toda la sociedad de la importancia de aunar
esfuerzos, talentos y las ilusiones hacia objetivos comunes; y que sin duda,
redundarán en los mejores servicios de ambas instituciones.
El día
internacional del libro, 23 de abril, y el día de la propiedad intelectual, el
26 de abril, han sido los incentivos para la organización de esta semana con
exposiciones, charlas, premiaciones y debates sobre temas relevantes y de
actualidad. La alegría de ambas conmemoraciones pues, la canalizaremos en las
concreciones de los mutuos logros y de las aspiraciones de la Biblioteca y de
la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual.
El 27 de
Junio de 2016, la Biblioteca y Archivo Central del Congreso de la Nación y la
Dirección Nacional de Propiedad Intelectual, suscribieron el convenio de
cooperación. Mediante este acuerdo ambas instituciones se comprometen rescatar
las obras de los creadores y tomar los recaudos de conservación para así
contribuir a preservar el patrimonio documental, raíz y fundamento de nuestra
memoria histórica nacional.
Esto
significa que nos esmeraremos de darle la visibilidad necesaria y evitar toda
posibilidad de exterminio de innumerables obras, las creaciones de muchos
compatriotas en la literatura, la música, los bocetos, las fotografías. Realizado
este proceso en manos de nuestras
expertas en la materia, viene la realización de la siguiente etapa de nuestros
propósitos: sostener una base de datos para las consultas en línea de todos los
interesados del país y el mundo.
De la
apretada síntesis de este nuevo, desafiante y valioso emprendimiento, recalco
lo fundamental e ineludible ante las exigencias de los tiempos en que vivimos:
la preservación y puesta a disposición del patrimonio documental del país,
parte de su memoria histórica. En un pueblo de profundas raíces culturales de
comunicación oral, es hora de tomar conciencia y complementarlo con la
preservación de nuestros registros escritos, documentado, canalizado a través
de los nuevos y potentes medios de comunicación. Esto, a su vez, permitirá un
salto cualitativo para insertar a nuestro querido país en el gran concierto
mundial: seremos una voz más entre las múltiples voces pero en condiciones de
aportar desde la creación de nuestros compatriotas hacia un mundo justo,
solidario, participativo e inclusivo.
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