Escrito por: Santiago Caballero
“¡Preparados, situados, a leer! ¡La preparación para la lectura comienza ahora!”, advierte el folleto. Y, a continuación puntualiza los consejos que copio textualmente:
1.- Hable y cante con su hijo.
2.- Léale a su hijo cada día.
3.- Proporcione materiales que preparen a su hijo para la escritura.
4.- Limite el tiempo en que ve la televisión y solo vea programas adecuados con su hijo.
5.- Brinde oportunidades para jugar y explorar.
6.- Sirva de ejemplo al mostrar su amor por la lectura.
7.- Visite bibliotecas y librerías.
8.- Proporciónele a su hijo un comienzo saludable.
9.- Seleccione una guardería infantil de calidad.
10.- Inculque un amor por la lectura para toda la vida.
LA ESCRITURA
Me detendré en una de las propuestas. La número tres: “Proporcione materiales que preparen a su hijo para la escritura”. Ya sabíamos que lectura y escritura van juntas en cuanto a las perspectivas de su desarrollo, de su progreso; aquí queda muy claro que para la eficacia de ambos aprendizajes es necesario incentivar a los bebés con propuestas muy concretas. He aquí el consejo del material: “Cuando su bebé comience a agarrar cosas, sacuda un sonajero y déselo para que haga lo mismo. Dele a su bebé objetos domésticos seguros que pueda juntar y separar, como tazas de medir. Dele lápices de colores no tóxicos y pedazos de papel grandes para que dibuje. Trate de que haga marcas en el papel y cuelgue el “dibujo” en algún lugar de la casa para que todo el mundo lo admire. Ponga el nombre de su bebé debajo del dibujo y dígale “Este es el dibujo de…”
Me detuve en este consejo pues me parece fundamental para que
ayudemos a las nuevas generaciones a romper los terribles condicionantes con
respecto a la comunicación escrita y su asociación a la lectura. Como docente
de comunicación en la universidad cada año constato que para los futuros
profesionales que si es ya casi un martirio la lectura de un ensayo, lo es
mucho más la escritura. Hay casos en que escribir una simple carta, al
familiar, al amigo, es como un castigo. Es cierto, es la consecuencia de la
enseñanza del idioma basada en reglas, en repeticiones, lejos de la fiesta que
proporciona la lengua al facilitar la comunicación, al permitir conocer nuevas
realidades, al acercarnos más los unos a los otros.
Sin ningún ánimo de publicidad pero sí con la idea de ayudar
a los interesados en el tema reproduzco las fuentes del folleto: www.iamyourchild.org y www.dk.com
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